martes, 4 de noviembre de 2008

Reseña Lectura 22 Sesión 15.

Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas


 


 


 

MÓDULO DE COMUNICACIÓN


 


 


 


 

 

Reseña de Lectura 22.


 

Sesión 15


 


 


 

 

Blanca Lydia García Luján.

http://blydia13.blogspot.com


 

Grupo 02

Sede Chihuahua.

Tutor: María Margarita Victorica Sánchez.


 


 

3 de Noviembre de 2008

 


 

OROZCO, Guillermo La Televisión entra al Aula, Fundación SNTE, 1998.Fundación SNTE, 1998.


 

Introducción.

El aprendizaje se logra, no en la memorización sino en la expresión de lo aprendido. En un mundo donde el conocimiento está multimediado por la televisión y otros medios de difusión, se hace necesario ser alfabetizados múltiples para poder interactuar con los diferentes lenguajes a través de los cuales obtenemos conocimientos. (Mario Kaplún, 1993).

El autor presenta una guía organizada en 8 sesiones, en que ofrece algunas estrategias y ejercicios de intervención pedagógica, para jugar "con" la TV, "a" la TV y "a partir de" ella, y se espera que con esto, los maestros adquieran una mayor comprensión del proceso de televidencia, y marquen el inicio de la educación televisiva de sus alumnos en el aula.


 

Desarrollo.

Lo esencial para iniciar una mediación de la televidencia de los niños desde el aula, es voluntad, apertura y sentido común y educativo. Si la TV forma parte de la vida actual de los niños, hay que facilitar su incorporación crítica e inteligente en el desarrollo educativo.

Cuando nos habla de estrategias no se refiere a un aspecto defensivo, sino como una opción propositiva para desarrollar capacidades múltiples de interacción con el entorno, con el conocimiento, la imagen, la información, el drama, la ficción, el suspenso y la diversión que la TV nos ofrece.

Al proceso de ver televisión se le conoce ahora como televidencia, dado que las interacciones que se producen son en varios sentidos: con los referentes televisivos, con la experiencia y conocimientos de los televidentes, con sus gustos y expectativas, con sus intereses, y tiene lugar también un consumo simbólico y una considerable inversión de energía psíquica.

Las operaciones mentales que se realizan frente al televisor se dividen en: atención, comprensión, evaluación y almacenamiento, estas no son perceptibles por el televidente. Sin embargo, de lo que ofrece la pantalla, el televidente puede seleccionar, evaluar, aceptar sin pensar, apropiarse o criticar y rechazar los significados, ideas, informaciones o valores. Si se acepta sin más ni más, se produce un consumo irreflexivo. Cuando por el contrario, se reflexiona sobre lo visto, se produce una negociación con los referentes televisivos. Es aquí donde se hablaría de una televidencia activa, que puede llevar a un consumo crítico de la televisión. Se habla que la influencia de la TV si es reversible.

En cuanto a los escenarios de la televidencia de los niños se mencionan en primer término, la casa, el vecindario, lugares de juego y la escuela.

Los libros de texto, la cultura de la escuela y los objetivos de aprendizaje son también componentes de la mediación escolar, incluyendo a la televisión. Las mediaciones de la televidencia son: videotecnológicas, situacionales, institucionales, contextuales, personales.


 

Las estrategias para una educación televisiva, pueden variar de acuerdo a diferentes elementos, el primero de ellos es el foco de atención del esfuerzo educativo, aquí se resaltan estrategias encaminadas a la pedagogía de la imagen, la lectura crítica. Otras estrategias centran su atención en el proceso de ver televisión, en el televidente, el consumo televisivo o bien al resultado de ver televisión.

Las que se diferencian por el ámbito en que pretenden incidir, pudiendo ser en la educación formal, informal, o combinados.

Y las estrategias de acuerdo al método pedagógico utilizado, siendo estos clasificados como métodos formales o serios, métodos fléxibles o combinados o simplemente métodos lúdicos.

De las actividades propuestas por el autor se resaltan:

Jugar con la televisión: En donde se ponen en movimiento las emociones y las destrezas cognoscitivas como la observación, la percepción, el análisis, la clasificación, la síntesis, la reflexión, la asimilación y la expresión.

Sin ver frente a la televisión, se reslata lo difícil que es captar el referente televisivo cuando solo se tiene acceso al sonido.

Sin oír frente a la televisión, se permite ejercitar a los estudiantes en la escritura y composición narrativa, a la vez que tomar conciencia de su propia imaginación.

Jugando a la televisión, se centra en el análisis de los perfiles de los personajes, y de la representación de la realidad.

Reconocimiento de la programación, pretende desarrollar una perspectiva crítica de los niños con respecto a la programación televisiva.

Modelos televisivos en el se estimula la creatividad lúdica y la recreación de situaciones.

Construyendo la realidad, su énfasis es la ficción , destacar que no es la realidad lo que muestra la cámara de TV.

El juego a partir de la televisión, ésta se asume como un referente a partir del cual se debe estimular la creatividad, la imaginación y la manera de ejercer la crítica por parte de los niños.

El televidente obsesivo, tiene como objetivo que los niños tomen conciencia de la manera en que son televidentes y por último un día sin ver televisión, su objetivo es hacer conciencia del grado de dependencia que genera el tiempo libre que se dedica a ésta.


 

Conclusiones.

Primero me llama la atención que siendo ésta guía desarrollada con el apoyo del SNTE en 1998, no tenía conocimiento de que se hubiera utiizando en las escuelas, dado que tengo dos hijos que bien pudieron alcanzar esa formación de acuerdo a la edad que ahora tienen. ¿Era acaso una actividad qué debió incluirse de manera obligatoria?, o ¿sólo fue una chispa de lucidez de ese entonces, que se apagó como la llama de un cerillo? Ahora no estuviera sufriendo para revertir el proceso de encantamiento que produce en mi familia la TV. Y lo mismo sucede con mis alumnos adolescentes que debieron alcanzar ese conocimiento o alfabetización de los medios a través de actividades divertidas, porque es precisamente en educación básica donde convendría iniciar con esta educación para los medios. Y por supuesto continuar en otros niveles educativos en el desarrollo de un pensamiento crítico. Debemos ser provocadores de cambios que propicien un mejor aprendizaje, que la TV sea realmente objeto de reflexión, y nosotros pertenecer a esa comunidad restrictiva de que habla Orozco.

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